Al final de la edad media, los sistemas tecnológicos
denominados ciudades hacía mucho que eran la característica principal de la
vida occidental. En 1600, Londres y Ámsterdam tenían poblaciones superiores
a 100.000 habitantes, y París duplicaba esa cantidad.
Además, los alemanes, los ingleses, los españoles y los
franceses comenzaron a desarrollar imperios mundiales. A principios del
siglo XVIII, los recursos de capital y los sistemas bancarios
estaban lo suficientemente bien establecidos en Gran Bretaña como para iniciar
la inversión en las técnicas de producción en serie que satisfarían
algunas de esas aspiraciones de la clase media.
Logros y beneficios tecnológicos
En el mundo industrial avanzado, las máquinas realizan la
mayoría del trabajo en la agricultura y en muchas industrias, y los
trabajadores producen más bienes que hace un siglo con menos horas de trabajo.
Una buena parte de la población de los países industrializados tiene un
mejor nivel de vida (mejor alimentación, vestimenta, alojamiento y una
variedad de aparatos para el uso doméstico y el ocio). En la actualidad, muchas
personas viven más y de forma más sana como resultado de la tecnología.
La invención del automóvil, la radio, la televisión y
teléfono revolucionó el modo de vida y de trabajo de muchos millones de
personas. Las dos áreas de mayor avance han sido la tecnología médica, que ha
proporcionado los medios para diagnosticar y vencer muchas enfermedades
mortales, y la exploración del espacio, donde se ha producido el logro
tecnológico más espectacular del siglo: por primera vez los hombres
consiguieron abandonar y regresar a la biosfera terrestre.